jueves, 7 de abril de 2011

El Problema


La agricultura convencional siempre se ha mantenido bajo el enfoque de aumentar la producción de las cosechas agrícolas, por lo que ha desarrollado numerosas tecnologías que sin duda han cumplido su cometido. Pero durante todo este proceso se les ha olvidado algo muy importante, la preservación del medio ambiente.

Prácticas como la del monocultivo, la labranza intensiva del suelo, el uso indiscriminado de fertilizantes y agroquímicos y la manipulación genética, son actividades que han deteriorado, en forma considerable y en algunos casos irreversibles, los recursos naturales.

La erosión del suelo, el agotamiento de sus nutrientes y salinización, la resistencia constante de plagas y enfermedades agrícolas, la desertificación, la contaminación del agua y el deterioro de la cubierta vegetal, son algunas de las múltiples consecuencias de la agricultura basada en agroquímicos y en el uso de grandes cantidades de energía.

Ante los múltiples factores negativos de la agricultura convencional, emerge la concepción de la agricultura ecológica que promueve una producción agrícola que apoya la conservación de los recursos naturales elementales de la producción de alimentos tales como el suelo, agua y biodiversidad, alcanzando la armonía entre las prácticas agrícolas, la población y el ambiente, garantizando así la sustentabilidad de la producción.

Esta agricultura ecológica promete ser altamente productiva y a su vez sostenible en producción y conservación a largo plazo con la finalidad de solventar el abastecimiento de alimentos a una creciente población humana.

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